En la ciudad de Punta Arenas se sublevó el 24 de noviembre de
1851 Miguel José Cambiaso Tapia, como consecuencia de la
Guerra Civil que enfrentaba el centro del país, a raíz de la
última elección presidencial, y en la que obtuvo el triunfo
Manuel Montt Montt, el primer civil en asumir el mando de la
República.

El teniente de artillería Cambiaso era conocido por su
carácter violento y agresivo. Peleaba con cualquiera y su
crueldad se manifestaba en todos sus actos. En esa época
estaba destinado en Ancud, pero por actos de indisciplina
cometidos en esta ciudad, se le envió a Punta Arenas, donde
también tuvo una conducta inapropiada, razón por la cual, se
le arrestó.

Sin embargo, logró escaparse y en la noche de ese mismo día
24 de noviembre y con el apoyo de toda la guarnición, se
apoderó del cuartel y de la Plaza de Punta Arenas,
proclamando en la mañana del día siguiente, al general José
María de la Cruz Prieto como caudillo y presidente de Chile.

Cabe señalar que, de la Cruz era uno de los tantos patriotas
que lucharon por nuestra independencia, ocupando luego
distintos cargos públicos hasta 1851, cuando se presentó como
candidato presidencial, siendo vencido por Montt, elección
considerada por los historiadores la más correcta durante la
República, hasta ese momento.

Entonces, de la Cruz sublevó la ciudad de Concepción el 13 de
septiembre en contra del nuevo gobierno, cuando ya había sido
separado del comando del ejército del sur y de la
Intendencia. Finalmente, fue vencido por el general y ex
presidente Manuel Bulnes Prieto, en la batalla de Loncomilla
en diciembre de ese año.

Mientras tanto, Cambiaso una vez nombrado a de la Cruz como
presidente, inició los fusilamientos para imponerse por el
terror. A su vez, el gobernador de Magallanes Benjamín Muñoz
Gamero organizó a su gente para enfrentar este motín,
logrando la cooperación de 80 marinos llegados en la goleta
norteamericana “Florida”.

Pero el intento fracasó y Muñoz Gamero fue hecho prisionero.
Sin embargo, logró escaparse del calabozo y huyó en una
pequeña embarcación. Este hecho provocó la ira de Cambiaso y
como consecuencia quemó el hospital, la iglesia y la
gobernación, después del consiguiente saqueo.

Enseguida arrestó al capitán de la nave Florida y lo hizo
fusilar junto a su hijo de 18 años de edad, entre otros
ajusticiados. Mientras sucedían estos hechos, los vientos
contrarios arrojaron a la embarcación de Muñoz Gamero a las
Playas de Tierra del Fuego, donde fue atacado por los
aborígenes y herido de lanza.

Si bien, su intención era organizar la resistencia en el
Fuerte Bulnes, decidió regresar a Punta Arenas e imponerse
por presencia. Pero apenas llegó a la ciudad fue tomado
preso, procesado y condenado a muerte. Así, Cambiaso lo
fusiló por la espalda el 3 de diciembre de 1851, al grito de:
“Viva Cruz”, “Muera Montt”. Luego su cuerpo fue quemado en
una pira en público.

Posteriormente, el 12 de enero del año siguiente, Cambiaso
abandonó con su gente las ruinas de la ciudad, para dirigirse
a Chiloé, dejando en ella cerca de 300 personas, abandonadas,
sin armas ni víveres. La leyenda cuenta que en esta retirada,
en la isla Saumarez, Cambiaso dejó enterrado el tesoro con
que huyó tras el sangriento motín.

Pero en la travesía hacia Chiloé la tripulación se sublevó,
tomando prisionero a Cambiaso y a su gente, recalando luego
en Ancud. De esta ciudad se le mandó a Valparaíso, donde se
le siguió un juicio y se le condenó a muerte, siendo
ajusticiado en la Plaza Victoria del puerto el 4 de abril de
1852, con sólo 29 años de edad.

Mientras tanto, el gobierno envió refuerzos a Punta Arenas,
en la nave «Infatigable», comandada por Juan Williams
Rebolledo, quien contribuyó en el reestablecimiento del orden
en esa colonia, llevando personal de relevo y los víveres
necesarios.

Por somosfutrono

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