Este pasado domingo 25 de noviembre, familiares, colegas y amigos despidieron a Alejandro Riquelme Iturrieta.
A Alejandro se le detectó un cancer hace 6 meses, pero aún así tenía mucha fuerza y energía para transmitirla a cada persona que lo visitaba.
Funcionarios municipales coincidieron en señalar que Alejandro fue un colega muy querido por todos, trabajó alrededor de 15 años cómo capataz de áreas verdes, 10 años en la planta municipal como trabajador de DOM «EQUIPO DE CAMINOS», operador de maquinaria pesada, camiones y siempre con gran disposición, voluntad y compañerismo.
«Alejandro siempre se mantuvo con la fe intacta en DIOS, decía que todo lo que pasaba era voluntad de nuestro señor » ….
«Los colegas estuvimos siempre con el porque fue una persona recta que nos dejó muchas enseñanzas». Señaló Dionisio Pitripan.
«Alejandro siempre fue calificado con nota siete en la municipalidad, destacando por su
responsabilidad y amabilidad.»
«Yo trabajé toda mi vida al lado de él, desde niños estudiamos juntos en la escuela E 348 De Río Chico y después de adolescentes en nuestros trabajos estuvimos juntos haciendo fajas en aserraderos en Stgo y después en Futrono.
Cuando tenía que decir algo que no le gustaba lo decía le guste a quien le guste y siempre nos hablaba de DIOS en nuestras faenas. Cada vez que evaluamos un camino nos decía [esto es como en la vida tiene dificultades pero tenemos que pasarla mientras más difícil más empeño hay que ponerle, pero todo paso a paso],
Fue un guerrero, el le daba ánimo a quienes lo iban a ver.» Finaliza emocionado Dionisio Pitripan.
Alejandro tuvo mucha facilidad de hacerse amigo de muchas personas y lo más emocionante fue escuchar a niños chicos decir; «Alejandro es mi amigo.»
Prueba de ello, es que Manuel, un niño de Isla Huapi, invitó a sus padres, Manuel y Verónica a venir al funeral para despedir a su amigo.
El feretro de Alejandro se detuvo frente al Municipio y lentamente continuó su paso hacia el Cementerio de Las Quemas, lugar donde fue despedido entre lágrimas y discursos que resaltaron la calidad humana y su grandeza.
Adiós Alejandro, descanza en paz
