El corsario inglés Thomas Cavendish llegó a la bahía de
Quintero el 9 de abril de 1587, lugar donde al desembarcar
tuvo un enfrentamiento con los españoles, debiendo zarpar
rápidamente, dejando atrás a varios muertos y prisioneros. De
familia aristócrata, despilfarró la herencia, convirtiéndose
entonces en el segundo corsario británico que asoló nuestras
costas. Primero lo hizo Francis Drake.

Cabe consignar que, Cavenvish buscando nuevos ingresos zarpó
de Londres ocho años después que el Corsario Drake, dispuesto
a repetir la hazaña de éste. Atravesó el Estrecho de
Magallanes, con los incidentes que se mencionan a
continuación, llegando al Pacífico a principios de 1587.

Pero anteriormente, en agosto de 1579, el Virrey del Perú
designó a Pedro Sarmiento de Gamboa para que investigara el
Estrecho de Magallanes, pero, sobre todo, para fortificarlo y
cerrar la entrada del Pacífico a los corsarios y filibusteros
ingleses. Sarmiento cumplió la misión de recorrer el estrecho
y en 1584 fundó las ciudades: “Nombre de Jesús” y “Puerto del
Rey don Felipe”.

Sin embargo, una tormenta llevó a Sarmiento al Atlántico
desde donde se dirigió a Río de Janeiro para mandar ayuda a
los poblados recién fundados, pero no lo consiguió. Entonces
viajó rumbo a España, pero fue capturado por naves inglesas.
Una vez en Inglaterra fue recibido por la Reina Isabel I,
quien lo trató con deferencia, lo liberó y le facilitó su
retorno a España.

Luego, en su paso por Francia rumbo a España fue capturado
al llegar a la frontera por los hugonotes, protestantes
calvinistas que se encontraban en guerra con los católicos.
Sus captores solicitaron rescate al Rey de España, y después
de largas conversaciones Sarmiento quedó en libertad. Todo
ese tiempo los poblados quedaron desabastecidos.

Mientras esto sucedía, llegó Cavendish al Puerto del Rey don
Felipe, en enero de 1587, encontrando a todos los colonos
muertos por inanición, con excepción de Tomé Hernández, quien
fue rescatado por el corsario. Según el sobreviviente, las
provisiones se agotaron a mediados de 1584 y durante dos años
pudieron mantenerse gracias a la recolección de mariscos.

Por esta razón, Cavendish bautizó el lugar con el nombre de
“Port Famine”, conocido actualmente como “Puerto Hambre”.
Luego continuó su viaje hacia el norte, pero cuando llegó a
Valparaíso, su objetivo, el puerto estaba cubierto por
neblina, por lo que desembarcó en Quintero.

Luego de enfrentarse con los españoles se dirigió a Arica,
pero por precaución no desembarcó, sólo capturó a un par de
barcos, los que destruyó cuando se le negó el rescate que
había solicitado. Cabe señalar que, este puerto ya era
importante desde 1574, pues en él se embarcaba la plata de
Bolivia hacia Panamá. Adicionalmente, desde 1580 era el
puerto de entrada obligatorio del mercurio que se necesitaba
para procesarla.

Siguiendo al norte, no se atrevió a atacar a los puertos de
Pisco ni a El Callao, pues los españoles ya estaban mejor
preparados. Continuó hacia el norte y a la altura de Trujillo
capturó algunos barcos cargados con víveres. En una isla
vecina a Guayaquil, reparó sus embarcaciones, saqueó poblados
y debió enfrentarse con los españoles, perdiendo más de
veinte hombres.

Luego continuó hacia Norteamérica y desde allí navegó a las
Filipinas y terminó, con casi tanto botín como el de Drake,
dando la vuelta al mundo, con gran beneplácito de la reina
Isabel I, siendo su mayor hazaña, la captura del galeón
español Santa Ana, cerca de Acapulco, en noviembre de 1587.

Pero Cavendish no tardó en despilfarrar su nueva fortuna y
trató de reeditar su hazaña en 1592, pero no pudo atravesar
el Estrecho, entonces abandonó a los otros barcos de su
expedición para volver a Inglaterra, falleciendo en el viaje.

Por somosfutrono

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